Mi hijo/a tiene autismo ¿Y ahora, que hago?
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Esta es una de las grandes preguntas que se hacen madres y padres de niños que reciben un primer diagnóstico o sospecha de autismo.

Y es que el impacto emocional que se tiene, solo con la mera sospecha, nos va a predisponer a un estado mental que puede ser un enemigo a la hora de poder afrontarlo.

Poder saber qué hacer y a qué nos vamos a enfrentar es uno de nuestros mejores aliados.

Que debemos tener en cuenta para poder abordar con un mínimo de garantías el futuro inmediato.

El diagnóstico en los TEA no se basa en una prueba clínica, se basa en cuestionarios y observación, y aunque son pruebas que -a día de hoy- son bastante fiables, como vemos pueden variar.

Normalmente, a partir de los 4 a 5 años de edad, podemos entender que el diagnóstico ya es definitivo. Pero en cualquier caso, hay que tomar en consideración el diagnóstico de forma inmediata e iniciar las acciones necesarias para el niño o niña.

Si el diagnóstico es positivo, lo correcto es que sean derivados a un centro de atención temprana especializado en Trastornos del Espectro del Autismo.

La importancia de la atención temprana

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La Atención Temprana es un derecho reconocido a niños y niñas que tengan alteraciones en su desarrollo. Este derecho se encuentra recogido en el artículo 25 de la Convención Internacional de los derechos de las personas con discapacidad, en lo relativo a Salud.

El objetivo de la Atención Temprana incluye así mismo la detección precoz y el diagnóstico, de hecho, en muchos lugares es en estos centros donde se realiza el diagnóstico tras la derivación por los servicios de pediatría o neuropediatría.

La Atención Temprana no es una intervención del ámbito educativo, se considera una intervención del ámbito sanitario.

Es muy importante que el niño o niña con autismo llegue al colegio lo más preparado posible, ya que a mayor sea su capacidad de inclusión e integración en el centro escolar, menores problemas nos van a poner en los colegios.

Un niño que se hace pipí y caca encima, que no tienen ningún tipo de comunicación, que presenta un fuerte desorden sensorial, que tiene rabietas frecuentes, …, será un niño que ningún colegio va a querer tener y empezará la lucha de la INCLUSIÓN.

Por eso adquiere una gran relevancia la fase de Atención Temprana, ya que realmente va a aumentar enormemente las posibilidades del niño o niña con autismo de acceder a un colegio sin tener que dotar al centro de unos medios que no siempre es fácil conseguir.

Sobre todo si deseamos que nuestro hijo entre en una modalidad general de la educación(escuela ordinaria) y no en programas específicos.(escuela de educación especial).

Modelos educativos para un niño/a con TEA

En los modelos educativos también encontraremos varias propuestas:

Centros de Educación Especial: En los centros de educación especial podemos encontrar niños y adolescentes con todo tipo de discapacidad. Aunque existen centros especializados en autismo.

Centros ordinarios o regulares con aulas de integración: Son colegios que disponen de una o más aulas para atender a alumnos con algún tipo de discapacidad. Estas aulas pueden ser genéricas (Es decir, con niños con diferentes discapacidades) o específicas (Niños solo con TEA).

Modalidad combinada: Niños que asisten a centros especiales y a centros ordinarios o regulares de forma simultánea.

Modalidad inclusiva: Colegios ordinarios o regulares que realizan las adecuaciones necesarias para incluir a todos los niños en un entorno normalizado.

La elección de la modalidad de educación de su hijo, SIEMPRE debe ser decisión de los padres.

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